La organización de todas las celebraciones es un gran trabajo. Es verdad que puede causarnos mucho estrés, más cuando se trata de una boda. Son demasiadas las cosas a considerar, lo que hay que comprar y las decisiones que hay que tomar. No es fácil tener una boda libre de estrés.

Además, tenemos la presión de amigos y familia haciendo sugerencia y en muchos casos dando órdenes. Si todo esto te cae encima y no puedes controlarlo, es muy probable que caigas en un estado de mucho estrés y, en el peor de los casos, te enfermes y las cosas no salgan bien.

La velocidad de nuestra sociedad nos lleva a concluir que muchos problemas y padecimientos están provocados por el estrés. Por tanto, debemos ser conscientes de que al organizar nuestra boda nos exponemos a esto irremediablemente. Y debemos saber controlarlo.

Tu boda es una celebración del amor entre tú y tu acompañante. Lo que se busca en sellar un pacto espiritual y social. Y, aunque lo que debería tener toda la relevancia es esto, sabemos bien que los detalles de dicha ceremonia, se robarán mucha de la importancia del evento. La recepción, la música, el menú y las invitaciones. Todo esto genera tensión y es propenso a complicaciones.

Consejos prácticos para tener una verdadera boda libre de estrés

  • No olvides nunca que este evento es con motivo de tú y tu pareja. No está mal complacer a algunos familiares, pero establece límites y sé tú quién tiene la última palabra.

 

  1. Procura empezar la planificación, mínimamente, 6 meses antes. Tienes mucho trabajo pendiente y necesitas ese tiempo. Además, algunos establecimientos, deben reservarse hasta con un año de anticipación.

 

  1. Elabora una lista, junto a tu pareja, de las cosas que quisieran para este evento. Así, las decisiones a tomar serán más sencillas de concretar.

 

  1. Haz un calendario. Si pretendes resolver todo en un mes, te aseguro que caerás en estrés. Ten todo al día: documentos, salón, vestidos, etc.

 

  1. No olvides preparar un plan B. A veces las cosas no salen según lo planeado, no consigues el salón que soñaste y cosas similares. No entres en crisis, ten un plan B aceptable y abórdalo. Esto es aplicable a todo tipo de fallas de último momento: el menú, el estilista, las flores, ¡todo!

 

  1. No olvides la importancia de recibir una mano. La ayuda de tus familiares y amigos será reconfortante y te quitarás cargas de encima. Delega actividades como contratar a los músicos, encargar las flores, redactar las invitaciones. Recuerda dirigir todos los procesos, pero libérate de responsabilidades en lo posible. Tienes un evento importante en frente y no debes olvidarlo.

 

 

  1. Designar a personas confiables y responsables es también algo que te ayudará a librarte de estrés en tu boda. Los padrinos deben ser personas cercanas y en las cuales confías. Así, no te dejarán mal con sus regalos, que vienen a ser elementales para el desarrollo de la boda.

 

  1. Crea un presupuesto y abórdalo a cabalidad. Procura no salirte de él a menos que sea extremadamente necesario
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